Todo buen escritor que se precie debe conocer y utilizar a la perfección unas herramientas muy útiles para la creación literaria: las figuras literarias.
A partir de hoy vamos a iniciar una serie de artículos acerca de estos útiles de trabajo.
Empezaremos definiendo el concepto de figura literaria, también conocida como figura retórica.
Son
formas no convencionales de emplear las palabras para dotarlas de
expresividad, vivacidad o belleza, con el objeto de sorprender,
emocionar, sugerir o persuadir.
Aunque son típicas del discurso literario, donde el lenguaje ya es un fin en sí mismo, también las encontramos en el lenguaje coloquial, en expresiones o en giros cotidiados.En el artículo de hoy vamos a estudiar dos de ellas:
Los pleonasmos
La palabra, que proviene del latín pleonasmus, es una figura retórica que se utiliza en nuestra lengua para reforzar lo dicho en una expresión, pero sin añadir ninguna información valiosa. Es decir, sin ellos, la frase se entendería de igual manera. Entonces, ¿para qué los usamos? Los pleonasmos se utilizan para enfatizar lo expresado, para dar fuerza e intensidad a una expresión.
Ejemplos de pleonasmos: "bajar abajo", "subir arriba", "copia exacta", "comer comida", "hielo frío", "lapso de tiempo".
El oxímoron
Al contrario del pleonasmo, el oxímoron es una figura literaria que se usa para oponer dos conceptos opuestos en su significado en una misma estructura sintáctica. Este recurso se suele utilizar para construir un nuevo concepto, para presentar una idea absurda que ha de interpretarse o para formar una metáfora.
Ejemplos de oxímoron: "de todo un poco", "menos es más", "sí pero no", "silencio atronador", "secreto a voces".
Si quieres saber más sobre los recursos literarios, como cuáles son y cómo utilizarlos, estate atento a las próximas entradas de nuestro blog.
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