Plantar un árbol. Tener un hijo. Escribir un libro.
Si queréis, otro día hablamos de las dos primeras (aunque creo que no), pero hoy me apetece especialmente hablar de la tercera opción: escribir un libro.
Da igual el motivo por el que quieres convertirte en escritor: quizás solo quieras cumplir los tres preceptos mencionados arriba; a lo mejor tienes algo importante que contarle al mundo y solo se te ocurre hacerlo así o tal vez no sepas la razón, pero necesitas escribir para ser feliz. Sea cual sea tu motivación, necesitas un plan.
De forma muy breve quiero que conozcas, paso a paso, como lograr tu objetivo.
EL TEMA.
Lo primero y fundamental que necesitas es un tema claro y conciso que desarrollar. Tiene que ser un tema que te apasione y que domines (si no es así, deberás documentarte y hacer un trabajo previo de investigación).
EL GÉNERO.
Ahora tienes que tomar una decisión importante. ¿Vas a contar tu historia como una novela, un relato breve, un cuento, un ensayo...? Si lo necesitas, ve a la biblioteca de tu barrio o a la librería que más te guste y pasa la tarde hojeando entre las estanterías, quizás así consigas inspirarte.
EL PLAN.
Siendo realista y sin presiones, márcate un objetivo: un año, tres años, cinco años. No necesitas coaccionarte a tí mismo, pero sí ponerte una fecha tope. Si no lo haces, puede que nunca termines el proyecto.
LA ESTRUCTURA.
Es el momento de anotar todas las ideas que surgen de tu mente. Lleva siempre contigo una libreta y un bolígrafo (también sirve el móvil, pero menos). Al mismo tiempo tienes que empezar a estructurar tu historia: capítulos, introducción, nudo,clímax, desenlace...
LA ESCRITURA.
Llega el momento creativo, el momento más importante y excitante. Necesitas, sin excusas, encontrar tu tiempo y tu espacio para escribir. CADA DÍA. SIN DISTRACCIONES. Ahora, lo más importante es dejar fluir tu imaginación. Saca a pasear todo tu talento.
EL LECTOR CERO.
Terminaste tu trabajo, ahora tienes que desprenderte de él por un tiempo. Contrata los servicios de un lector cero que lea y relea y corrija los posibles fallos de tu historia. Cuando te devuelva tu escrito, mejóralo con todas las acotaciones propuestas.
EL CORRECTOR.
La obra ya está terminada, definitivamente. El trabajo creativo concluyó. Ahora es el momento del corrector ortotipográfico y de estilo. Este profesional corregirá ortográficamente, sintácticamente, tipográficamente y semánticamente tu texto. Déjale hacer...
LA EDITORIAL.
Ya tienes la obra terminada y corregida. Está perfecta. Ahora es el momento de buscar una editorial (tanto si has decidido autoeditarla como si no). Ellos se ocuparán de la corrección final, la maquetación, la ilustración...
Y un buen día, tras meses y meses y meses de trabajo, por fin, esa pequeña (o grande) criatura, estará entre tus manos y, con un poquito de suerte, en todas las librerías. Lo lograste. ¡Tú lo hiciste posible!